El Desafío Actual: Vivir Entre el Propósito y la Productividad

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Vivir entre el propósito y la productividad es el gran reto de nuestra era. En un mundo que valora el hacer por encima del ser, reconectar con lo que nos inspira y nos representa se vuelve esencial. A través de mi recorrido —desde la hotelería, la docencia y las constelaciones familiares— he aprendido que el propósito no siempre es rentable, pero siempre es valioso. Encontrar el equilibrio entre generar riqueza y vivir con sentido no es una contradicción, es una danza que requiere autenticidad, pausa y coraje.

Lic. Patricia R. Gómez S.

Tiempo de lectura. 7 Min

     Aun puedo cerrar los ojos y viajar a ese primer viaje con mi hermana Laura a Miami, mi primer viaje internacional, apenas tenía 16 años, al entrar a la recepción del hotel la mujer que nos recibió (Guest Relations), despertó en mi algo nuevo y enseguida pensé: “yo quiero hacer lo que ella hace” y así fue, esa epifanía enrumbo mi vida profesional  los siguientes 20 años, estudie  y trabaje en la hotelería, a la cual me gusta llamar “mi primer amor”, esa misma sensación me visitó  10 años después al reconocer que sentía la necesidad de enseñar, así  me titule como profesora universitaria impartiendo ese amor por el turismo a los que venían después de mí.

Y un buen día una ráfaga inesperada de energía recorrió mi cuerpo al conocer en vivo las Constelaciones Familiares a lo cual me dedico hace más de 18 años. En mis clases suelo decir que he sido ¡!!!muy afortunada!!  Me he ganado la vida en lo que me gusta y amo hacer. 

Aunque reconozco que no siempre es fácil, especialmente en esta era digital acelerada.

Vivimos en una era donde el reloj marca más que las horas: marcas expectativas, metas, entregas, resultados. La productividad se ha convertido en una moneda social. El propósito, la vocación y amar lo que se hace, ese motor interno que da sentido a lo que hacemos— parece quedar relegado a los márgenes de la agenda.  La sociedad ha equiparado la productividad y el beneficio al valor intrínseco del ser humano. Dejando desprovisto al ser de alcanzar sueños metafísicos y vivir a plenitud.  En este sentido me hago una pregunta poderosa: ¿Se puede encontrar equilibrio entre la productividad y el propósito sin perder el alma en el intento?

Propósito: El “Para Qué” de Nuestra Vida o nuestra relación con el Ser.

Carl Rogers, expreso: “El propósito surge cuando vivimos de forma auténtica y buscamos la autorrealización”.  El propósito no es una tarea ni una meta concreta. Es una dirección. Es aquello que nos conecta con lo que somos en esencia, con lo que queremos aportar al mundo, con lo que nos hace sentir vivos.

El propósito puede expresarse en una profesión, en una causa, en una forma de estar y permanecer en el mundo, esos momentos en donde somos tomados por la plenitud y un estado de paz interna. Existen algunas maneras de conectar con el propósito, aunque éste surge de un espacio sagrado e intuitivo, su valor va más allá del dinero.

Productividad: El Imperativo del Hacer

La productividad, por otro lado, es el lenguaje dominante de nuestra época. Se mide, se compara, se exige. Nos empuja a hacer más en menos tiempo, a optimizar cada minuto, a demostrar resultados tangibles. Sin duda, es necesario generar riquezas para cubrir las necesidades propias de la vida terrenal y demostrar el estado adulto, aunque en


ocasiones la estructura se vuelve una tiranía, sustituyen el impulso natural de una movilidad social termina agotando y dejando a un lado lo mas importante el mundo interno.

El Conflicto Silencioso

El verdadero desafío está muy lejos de tener que elegir entre uno u otro aspecto, sino aprender a vivir en el espacio intermedio. Ese lugar donde lo que hacemos tiene sentido, pero también tiene ritmo. Lograr conectar con lo que quiero y me gusta e invertir tiempo valioso para desarrollar esta actividad.

Que bueno sería que nuestro propósito nos brinde la oportunidad de generar riquezas. Cuando ambas se enfrentan, lamentablemente la batalla la pierde el propósito. Perderse en el limbo de la productividad comienza a dejar espacios vacíos y de frustración y como respuesta aparece el conflicto interno: frases como: No tengo tiempo para hacer lo que me gusta y me importa, esto no me da de comer, trabajo mucho, aunque el trabajo no me representa y tantas más que a través de estos años he escuchado en consulta, hasta llegar a una desconexión total con el propósito.  

Estrategias para Reconciliar Ambos Mundos

  1. Mide lo invisible: ¿Cómo te sientes? ¿Qué te inspira? ¿Qué te conecta?
  2. Redefine el éxito: No solo por resultados, sino por coherencia con tus valores.
  3. Abre espacios en tu vida al propósito: Aunque sean pequeños, que estén presentes cada semana.
  4. Practica la pausa consciente: El descanso no es pérdida de tiempo, es recuperación de sentido.
  5. Prioriza: No todo lo urgente es importante. Aprende a distinguir.

Es fácil perderse en el hacer y en el deber, la estructura social y cultural  están diseñadas para el hacer y el deber, recuerdo una consulta llamare a la consultante Maria, ella era una mujer puro fuego, emprendedora, valiente dispuesta a todo para llevar su emprendimiento al mercado internacional, maría llega a consultan porque a pesar de tener mucho éxito empresarial, Maria sentía un vacío, había dedicándolos últimos 12 años a su empresa, olvidándose inclusive para qué deseaba obtener tanto éxito y dinero.  Sumergida en la productividad perdió el propósito. ¿Qué quieres hacer cuando llegues a donde quieres llegar?, luego de revisar su historia familiar en consulta Maria pudo integrar el Alma a su actividad laboral.

Reflexión Final

Vivir entre el propósito y la productividad no es una contradicción, es una danza. Una que requiere escucha, ajuste, coraje y compasión. Porque no se trata de elegir entre ser útil o ser auténtico, sino de ser útil desde la autenticidad.

Gracias

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