EQUILIBRIO DE LA PAREJA EN CINCO PASOS

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La vida en pareja es el comienzo de la edad adulta para las personas. Llegó el momento de despedirse del hogar de los padres, de hacerse responsable y de asumir las consecuencias de sus propias decisiones.
En la niñez y adolescencia se vive bajo la tutela de las figuras parentales. En esa etapa el ser humano no es totalmente libre de elegir o decidir sobre aspectos concernientes a su vida.
Desde la mirada de las Constelaciones Familiares en la niñez y adolescencia se está bajo el manto de la conciencia moral, o buena conciencia; y muchas de las decisiones del individuo como pareja están signadas por esa huella, lo cual no lo exime de afrontar la responsabilidad de sus acciones en la adultez.
En la vida del adulto que decide vivir en pareja, no priva solo buena conciencia que trae de su familia, en el comienzo del camino de una relación se conjugan las buenas conciencias que trae la otra parte y juntas marcan la ruta de la vida relacional.
Cada quien trae sus heridas, sus culpas, sus carencias, sus expectativas y muchas veces se espera y exige a la pareja lo que nuestros padres no pudieron darnos.
Son muchos los artículos escritos sobre el tema y aun son más los consejos dados al respecto. Hoy, desde mi mirada, ofrezco cinco sencillos pasos para emprender la vida de adulto con seguridad y madurez.

1.- LA FAMILIA DE TU PAREJA ES SAGRADA, LA TUYA TAMBIEN.
Es importante comprender que al comenzar la vida en pareja se crean vínculos entre dos familias. El primer y más sano paso es honrar a los padres de la pareja y asentir su destino tal cual haya sido. Comparar y adosar defectos al clan de la pareja no es sano y no es de adultos. En este caso lo lógica es poner practicar la frase: “Tu familia es sagrada y la mía también”, así se fortalecerá la relación.

2.- EL VÍNCULO DE LA PAREJA PREVALECE SOBRE EL VÍNCULO FAMILIAR.
La relación con la pareja debe prevalecer por sobre los vínculos con los familiares. Dado que la vida en pareja ofrece la posibilidad de crecimiento del árbol familiar a través de los hijos, es importante distinguir el lugar que ocupará nuestra familia de origen y la familia a conformar con la pareja.

3 – RELACIÓN DE IGUALES
La igualdad es fundamental. Somos iguales en lo bueno y en lo no tan bueno. Esta consideración es fundamental para el fortalecimiento de la relación.
Si te sientes más inteligente, más grande, más activo es poco probable que veas a tu pareja como igual.
También hay casos en pienses que tu pareja requiere de tu protección o vigilancia. Tal percepción derivará en una relación paterno/filial, que seguro concluirá en crisis.
Tampoco es sano cuando en la relación uno de los integrantes se siente inferior al otro.

4.- RECIBE LO QUE TE DOY Y RECIBO LO QUE ME DAS
Está dinámica es vital para el equilibrio de la relación que consiste en la danza de dar y recibir.
La energía proveniente de está danza es enriquecedora y permite la sana armonía en la pareja.
El amor para crecer requiere orden, espacio. La compensación amorosa permite que el amor se reproduzca. Mendingar o suprimir las manifestaciones amorosas deriva en desequilibrios y desacuerdos en la pareja.
El principio a poner en práctica es sencillo: de lo bueno que me das te doy más, de lo que haces que me hiere o me hace sufrir, devuelvo menos.
El deseo de venganza aleja el amor. El amor también se aleja, cuando por orgullo o miedo no buscamos compensar el daño causado. Tal actitud debilita la dignidad y el amor herido se va por la ventana.
El reencuentro de ambos restaurará la danza del amor.

5.- RESPETAR LA INDEPENDENCIA.
El espacio de la pareja es sagrado. Hay que cuidarlo nutrirlo y limitarlo. Muchas veces, es tanto el sentimiento amoroso que se renuncia a la individualidad, olvidando las aspiraciones, renuncias que en nada favorecen la relación de pareja.
Hay que darle chance al amor de manifestarse en toda su dimensión. A esta realidad se llega cuando cada integrante se muestra tal cual es sinceramente y sin tapujos.

COROLARIO
La pareja es un espacio de crecimiento y transformación. Cada miembro aporta experiencias, diferencias historias, fortalezas y debilidades, que conjugadas en una dinámica enriquecedora hacen crecer equilibradamente la relación en una conexión sagrada en la que ambos serán absolutamente libres.

Lic. Patricia Gómez Sánchez
Directora Instituto Alma Raices

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